El marketing tradicional sigue funcionando si se utiliza de forma ingeniosa, correcta y de manera estratégica. Un claro ejemplo de ello lo encontramos en el marketing de guerrilla, que recurre a la creatividad para llegar a los consumidores.
El término fue acuñado en 1984 por Jay Conrad Levinson, en su libro “Guerrilla Marketing”. Levinson nos define y da consejos para el uso de este movimiento que está en auge:
- Está diseñado para empresas pequeñas con bajo presupuesto. Si una idea es buena y creativa no le hace falta una gran financiación para ser efectiva.
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Empresa de lavado de automóviles |
- Debe estar enfocado en la psicología humana, más que en la experiencia. Esta clase de marketing tiene que ser impactante, con cosas nuevas y lejos de lo que se haya visto hasta el momento.
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Original buzoneo que le dió a Papa Johns un León de Oro en 2008 |
- La principal inversión es la imaginación, el tiempo y el esfuerzo propio.
- Debe crear relaciones nuevas, pero enfocarse a las ya creadas. El 80% de las utilidades viene del 20% de los clientes. Generalmente estos son los que ya tienen confianza en la marca y repiten sus compras, además, son una de las mejores herramientas de marketing.
- Hay que utilizar todos los recursos disponibles, la guerrilla no actúa sola, necesita una buena plataforma en la que sostenerse.
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"No dejes que esto sea nuestro futuro", contra el calentamiento global. |
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